Salud Mental Infanto Juvenil y Contingencia Sanitaria

01.04.2020

¿Cómo contarles a los niños y niñas de la situación actual?

Es importante que los padres y/o cuidadores no expongan a los niños a contenidos alarmantes; pero que sí, puedan explicar lo que está pasando, sin negar la realidad, y con una visión tranquilizante.

Por ejemplo, decirle a su hijo/a: "Sí es verdad que el virus del que se habla es muy contagioso, pero al quedarnos en casa, tenemos menos oportunidad de enfermarnos". Este contenido, habla de la realidad que estamos viviendo, y le damos un sentido de control o manejo personal, al respetar la cuarentena. La percepción de control ayuda a bajar la incertidumbre de los cerebritos de los niño/as y de los propios padres y/o cuidadores.

Otro punto relevante, es explicar a los niños/as que esta situación de cuarentena es transitoria, por lo que, es esencial definir y respetar rutinas básicas de casa; y re estructurar rutinas de aprendizaje, juego y recreación. Este aspecto es central ya que, así los niños comprenden que no están de vacaciones, pero que sí pueden hacer sus actividades en ayuda y compañía de sus figuras de cuidado.

¿Los niños/as sienten y expresa sus emociones igual que los adultos, en esta contingencia?

Los niños/as tienen una amplia gama emocional. Muchas veces, cuando aparecen situaciones de estrés, de tipo incontrolable e impredecible, como es el estrés tóxico; los niños/as suelen mostrarse más irritables, ansiosos, inquietos, y en algunos casos, triste.

Por ello, es muy importante que los padres observen y escuchen a los niños y niñas, para tratar de leer, entender y contener las emociones de sus hijos. En esta etapa es esencial, que los niños junto con sus cuidadores identifiquen sus estados afectivos, y que los padres acompañen esta exploración, sin juzgar, ni criticar. Con los niños mas pequeños, esta labor será más compleja, puesto que, la regulación emocional, no se sustenta en la palabra, pero sí en la contención física emocional, como por ejemplo, abrazar, acariciar y a partir de allí, poder ir incluyendo narrativas tales como: "Te siento nervioso/a (triste, inquieto, ansioso, etc.) - mientras estamos en contacto corporal directo -, yo también a ratos me siento igual, pero al estar juntos me calmo, ¿te pasa a ti también?".

Así, ante la desregulación emocional de los hijos/as es fundamental no enojarse y mantenerse controlado/a para que la regulación emocional del padre/madre hacia sus niños sea efectiva. En estas instancias de constante estrés resulta un mensaje difícil de aplicar, pero la oportunidad que genera ello, de conocer mas a su hijo/a y de mejorar la relación entre ambos, resulta ser, un regalo. Al volver a la rutina laboral fuera de casa, nuestra posibilidad de estar emocionalmente accesible para nuestros hijos/as es muy escasa; he ahí, la significancia de regalo.


¿Los niños y niñas tienen ideas locas?

En estos contextos nuevos, donde lo impredecible se vuelve constante, la imaginación y mundo personal de los niños es enorme. Es por ello, la importancia de que los padres puedan conocer, compartir y escuchar a sus hijos/as, favorecer la expresión de sus ideas, y colaborar en el desarrollo de su pensamiento crítico. Como por ejemplo: "¿Qué piensas que está pasando?, ¿Por qué crees que estamos en casa?, ¿cómo te imaginas este bichito, que tanto problema a provocado?".

El desarrollo y fomento de la Empatía y especulación Emocional de los otros a partir del Autocuidado.

Es relevante destacar, que al lavarse las manos con jabón y agua por un tiempo determinado, el salir en casos excepcionales, con mascarilla y guantes, y el no poder ver a todos sus seres queridos, por el distanciamiento social; son medidas de autocuidado y de cuidado a los otros. Este punto es crucial, ya que para el manejo y control de la pandemia, debemos estar conscientes de nuestro cuerpo, pero también, el de los otros, y más aún, de las personas que puedan verse mas afectadas, como los abuelitos y/o abuelitas.

El respetar estas medidas, y conversarlas entre padres e hijos/as estimula y favorece el desarrollo de la Empatía (lo que siente o le pasa al otro) y la Especulación Emocional, intentar inferir estados emocional de los otros (como miedo, ansiedad, cansancio, angustia, etc.) y actuar sobre ellos, como apoyo y contención.

¿Y qué pasa con las madres, padres y/o cuidadores?

Sin lugar a dudas, este período es novedoso para todos, y no esta exento de estrés y ansiedad. Ahora nos recomiendan e incitan a no salir, a no volver a nuestros trabajos, al responder a nuestros compromisos laborales, aún cuando, hay que ordenar, hacer la casa, almuerzo, tareas, recreación, contener y escuchar a los hijos/as, etc.

Es decir, ahora ya no sólo debemos preocuparnos de las demandas del trabajo, sino también, de forma paralela, de la casa y sus quehaceres. El cerebro adulto al ejercer tareas simultáneas, activa mayormente las áreas del hemisferio derecho, el cual procesa más significativamente, las emociones negativas. De este modo, al estar en constante trabajo simultáneo o paralelo (Trabajo y casa), las emociones que mas emergerán serán las displacenteras o negativas; tendiendo a predisponer desde esta pauta emocional, la interacción con las otras personas en casa.

Es por esto, que el manejo y mantenimiento de las rutinas domesticas, deben hacerse en conjunto, con el objetivo que de la carga, no sea mayormente, a un integrante familiar. Es muy importante el Auto Cuidado, y la regulación de la auto exigencia; porque, de no ser así las propuestas mencionadas anteriormente, serán inviables.

¿Cuándo pedir ayuda a un profesional de la Salud Mental?

  • Cuando los estados emocionales de displacer, como enojo, irritabilidad, ansiedad, angustia, temor, y/o tristeza, son constantes, e intensos, tanto así, que impiden ejercer las rutinas de casa, aprendizaje, juego y recreación.
  • Cuando los estados afectivos negativos interfieren en los ciclos biológicos, tales como, sueño, alimentación, y descanso o regulación emocional.
  • Cuando el llanto, la irritabilidad, la angustia y/o pena son excesivas y superan las estrategias aplicadas por la madre, padre y/o cuidador para regular emocionalmente.